María,
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La semana pasada Dios te recogió, después de una larga agonía de las que
dicen que el enfermo no se entera, y de la que yo me preguntaba ¿Quién lo ha
comprobado alguna vez?, ¿ha vuelto alguien a contar su experiencia?
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Hoy vengo de estar con el Padre Antonio,
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Tu sacerdote,
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Tu confesor,
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¡Vaya tío con una mente tan abierta!
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Pero no ha dicho, lo que tú fuiste para mí:
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Mi señorita Pepis, porque me enseñaste a ser femenina.
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Mi Pepa del Hierro, porque me enseñaste a ir como una princesa.
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Mi tres en uno, porque me enseñaste a como debería de apañármelas sola,
caso de…..
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Mi dieta, porque me hacías esa comida que tanto me gustaba.
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Mi educadora en valores, porque me hacías reflexionar, me gustara o
no.
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Mi Cenicienta, me hiciste tan hacendosa…….
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Mi todo, pero hoy quiero reírme, como tú me enseñaste
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¡RIETE CUANDO TE APETEZCA! (ahí te salías un poco del tiesto, ya eras
MUJER)
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Pues hoy tata María, como yo te llamaba, ya me río donde quiero y con
quien me apetece.
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Ya hago no lo que yo desearía, pero no le doy importancia a ser como los
demás quieren que sea, lo siento no pude seguir tus consejos a partir de mis
30.
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Ya no me visto como las monarcas, algo que te obsesionaba cuando yo era
pequeña, y que a mi me encantaba. Ahora veo que es un disfraz, aunque a veces
me disfrazo.
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¡Hoy mismo lo he hecho por ti!, he ido a tu parroquia ¡Divina de la
muerte!, sí sé que te estás riendo. ¡Que menos para ti!
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Pero los valores, sí, en eso me gustaría ser como tu dar,
comprometida.
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¡Si yo te dijera que ahora creen que han inventado las discapacidades, el
abandono familiar, la entrega, el Dar! ¡Cuándo ya nosotras estábamos al loro
de todo eso! ¡Si lo vivíamos y sufríamos en nuestras carnes!
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¡Hasta ahora no hablan de Chipiona! ¡nuestra Querida Chipiona!, la
desconocida….
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Ya digo tacos, lo siento, pero me salen…. ¡Con mucho arte!
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Ya he guardado mis joyas, las que te encantaban y me copiabas cada vez
que me veías, no le doy importancia ahora.
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Ya soy MUJER, me ha costado, pero lo soy. También, saliéndome un poquito
del tiesto.
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El cuento de Cenicienta , era eso ¡un cuento!
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Te has ido de aquí como una SEÑORA, en mayúsculas, subrayado, en negrita
y en cursiva.
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Con un cutis envidiable, un pelo sedoso, y un cuerpo escultural.
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Yo me he degradado un poco, ya te contaré, pero te prometo ser de nuevo
como tu me decías: “la guinda del pastel”, pero seré “una guinda muy
especial”, lo dulce lo llevo dentro, lo externo no me atrae ya.
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No he ido mucho a verte cuando estabas enfermita, ahí si me siento
culpable, pero prioricé mal o bien, pero así hice.
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Tu párroco hoy en la homilía parecía un Networker, con 70 años ¡Tata!
¡Increíble!.
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Tata, te escribo esto en un rinconcito que te hubiese encantado.
¿Recuerdas cuando me escondía debajo de tu cama con mi muñeca favorita?, Pues
aquí estoy.
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¡Que bella eres!
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Tu Pili
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12/09/2008, 15:19
Dejo la fecha de cuando lo escribí.
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viernes, 12 de abril de 2013
María
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